Los Ejercicios Espirituales San
Ignacio de Loyola los
define como:
“Todo
modo de examinar la conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar; todo
modo de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones
desordenadas con el fin de buscar y hallar la voluntad divina” Es decir: Toda
actividad que nos ayuda a conocer nuestras propias resistencias (egoísmos,
apegos, rencores, envidias…) para sanearlas, ordenar la vida y poder seguir
libremente y de cerca a Jesús.
Hacer
los Ejercicios Espirituales es comenzar a encontrar a Dios en uno mismo, en
todas las cosas y en todas las personas. Es aprender, descubrir o redescubrir
qué y para qué somos, no como una lección recibida desde afuera, sino como una
experiencia vivida desde dentro.
Comentarios
Publicar un comentario